sábado, 10 de abril de 2010

Falacias...


Me abruma el hecho de saber que te persigue...

Pulula a tu alrededor como una mantis religiosa, quiere de nuevo hacerte el amor y rematarte, por si la última vez que se acercó a ti, dejó un atisbo de vida en tu cuerpo.

Pero hoy es diferente, hoy soy yo quién te hace el amor, no es ella, ya no eres su siervo, que espera resignado ser humillado una y otra vez...

Entiende porque me tiembla hasta el alma, me acerco a las sábanas y les susurro que me cubran todo el día o estoy de mal humor y apática las 24 horas de un reloj de arena...

Entiende que también fuí una vez una esclava que abanicaba las ganas de un amo impertinente y sé el riesgo que corres de estar cerca... y no es que no crea en tu palabra, es que no creo en mi.

Dime que no hay barreras más alta e infranqueables que las que os separan a los dos...

Dime que no hay peligro...

Yo, altanera fingida, soy capaz de luchar, abandonar mi ego por defender lo que es mio... porque ya no eres su amante, su amigo, su confesor, ni siquiera su cómplice...

Esto acaba conmigo...

Y tú... ¿porqué no haces nada?

Merchita

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